Mapeando las aves de Kenia
Kenia posee una de las diversidades de aves más ricas de África, con más de 1.100 especies. El Gran Valle del Rift aparece invariablemente en la lista de los principales destinos del mundo para observación de aves. El crombec carirrojo Sylvietta whytii fue avistado hace poco en la parte continental del Bosque Dakatcha del puerto de Malindi, en la zona sudeste de Kenia. Es la primera vez en 40 años que se tiene constancia de un avistamiento del tipo costero de este parulidae africano. En las afueras de Nairobi, a más de 50 km de su distribución conocida hasta entonces, se registró un turdoide de Hinde Turdoides hindei. El avistamiento más oriental de la palomita aliazul Turtur afer se produjo en Mau-Narok, en el límite oriental del Valle del Rift.
Estos avistamientos se han registrado para la creación de un gran proyecto conservacionista que describirá la actual distribución de especies de aves en Kenia. El Mapa de Aves de Kenia (enia Bird Map, KBM), que utilizará datos proporcionados por miembros del público, es una iniciativa conjunta de A Rocha Kenia, los Museos Nacionales de Kenia, la Asociación de Biología Tropical, Nature Kenia y la Unidad de Demografía Animal de la Universidad de Ciudad del Cabo.
El único otro atlas de aves se publicó en 1989, y desde entonces se han producido cambios espectaculares en los hábitats de Kenia y de toda África. Este ejercicio de trazar nuevamente el mapa permitirá a los científicos y conservacionistas comprender mejor los cambios en la biodiversidad e identificar las principales amenazas a las que se enfrentan.
El KBM comenzó con la financiación durante cinco años del Programa Pueblo (Acciones Marie Curie) de la Unión Europea y el Museo de Historia Natural de Dinamarca. Como proyecto de ciencia ciudadana, está previsto que la monitorización se lleve a cabo a largo plazo. Hasta la fecha se han inscrito más de 400 personas en el proyecto desde que empezó, en 2014. Cada cartógrafo de aves inscrito anota todas las aves que ve u oye en un cuadrado del mapa durante un mínimo de dos horas de observación de aves a lo largo de cinco días.
Además de describir únicamente la distribución de las especies de aves, el KBM espera que los hallazgos ayuden a detectar disminuciones en las poblaciones de especies, el efecto del clima cambiante o el uso de la tierra por parte de los humanos, que puedan orientar las futuras investigaciones sobre aves y su conservación.