Incendios forestales, tala y cambio climático
Con más de 5 millones de acres (2,25 millones de hectáreas) quemados en tres estados costeros y los incendios que salpican el oeste de los EE.UU., muchas comunidades se han evacuado, y unas pocas se han quemado – más de 1.000 hogares han desaparecido. El humo ha creado una calidad de aire muy insalubre que ha sido detectado en Europa.
Mark McReynolds es el director del grupo local de A Rocha en California Sur. Anteriormente dirigió un proyecto de tres años, para capacitar a los profesores en temas forestales, financiado por el gobierno federal, y tiene un doctorado en Estudios Ambientales. Él dice, «La gente quiere respuestas. La industria maderera está requiriendo una “reducción de combustible”, también conocida como tala, lo que suena razonable, pero que desvía la atención del cambio climático (el causante del aumento de los incendios forestales intensos), de las medidas prácticas para salvar a las comunidades y de las pruebas de que la tala empeora los incendios».
Chad Hanson, un ecologista de incendios del Proyecto John Muir y amigo de A Rocha, sostiene que la tala de árboles no detiene los incendios. Los incendios arden más fuerte y más rápido en los bosques talados y no tienden a arder más intensamente en los bosques densos [1] o en los bosques con gran cantidad de árboles muertos.[2] La tala también crea problemas ambientales locales y anualmente emite más carbono en los EE.UU. que los sectores residenciales y comerciales combinados,[3] creando más cambio climático.
A menos que haya un cambio, la mayor cantidad de incendios y su mayor extensión serán probablemente una nueva normalidad. A Rocha USA está animando a la gente a pedir a sus funcionarios electos que encaren el cambio climático, y que ayuden a las comunidades a elaborar regulaciones de protección contra los incendios forestales, en la construcción y zonificación de viviendas para que se reduzcan al mínimo los efectos en las personas.
Fotos por Karsten Winegeart y Manny Becerra en Unsplash