Angela McKay
Coordinadora voluntaria de educación medioambiental
Angela tiene una licenciatura en botánica y ecología por la Universidad de Liverpool, y un diploma de empresariales. Tras licenciarse, trabajó en distintos puestos en el ayuntamiento de Coventry, incluyendo el de ayudante de investigación en el departamento de educación y administradora en el departamento de salud medioambiental.
Tiene más de 25 años de experiencia como maestra de niños de primaria, donde está especializada en el área de ciencias y necesidades especiales.
Angela vive en Coventry con su marido, David. Tienen dos hijos y un nieto que viven en Londres. Cuando no está trabajando, a Angela le gusta ayudar a estudiantes extranjeros a mejorar su inglés y es también capitana de un club femenino de atletismo.
¿Cómo surgió tu interés por el tema de la conservación?
Cuando estudiaba la carrera de botánica, mi profesor estaba muy interesado en reclamar tierras degradadas por la extracción de carbón y arcilla; vi cómo se transformaban montones de residuos y me di cuenta de que incluso la tierra más dañada se podía mejorar.
¿Te ha influido la conservación como profesora?
Sí; he introducido temas como la lista roja de especies en peligro de extinción e historias prácticas sobre conservación en países en vías de desarrollo. También he utilizado algunos recursos de A Rocha. Me encanta ver cómo los niños aprenden a apreciar su entorno y se maravillan y preocupan por los animales y las plantas.
Háblanos de tu papel de coordinadora.
Empecé en diciembre de 2014 y trabajo un día a la semana. El primer paso es sentar las bases: reunir información sobre todas las actividades de educación medioambiental de A Rocha. El siguiente paso es identificar y fomentar buenas prácticas para aprender unos de otros. Me gustaría que nuestros equipos compartiesen historias de sus éxitos y también ayudarles a producir recursos aún mejores y compartirlos tanto como sea posible.
¿Por qué A Rocha?
He visitado proyectos de A Rocha en Reino Unido, Portugal, Finlandia, Suiza, Kenia, Uganda y Ghana con mi marido, David, que es director financiero de A Rocha Internacional. En Uganda y Kenia acompañé a educadores medioambientales a las escuelas y me impresionó el impacto positivo que tenían en las vidas de las familias al tiempo que también protegían y cuidaban el entorno local; en Uganda vi a niños aprendiendo técnicas agrícolas sostenibles y haciendo jardines en sacos, cultivando verduras para mejorar sus dietas, ¡eso tiene que ser bueno!
No podría hacer mi trabajo sin…
La tecnología necesaria para comunicarme con personasde todo el mundo, así que ¡estoy agradecida a los expertos que vienen a salvarme cuando mi ordenador no coopera!