A Rocha: un aporte distintivo al cuidado de la creación
1. La convicción de que Cristo es el Señor
El trabajo de A Rocha es una respuesta al amor de Dios por toda la creación, tal como se revela en la Biblia y personalmente en Jesucristo. Por lo tanto, A Rocha no es simplemente una asociación de personas con una herencia cultural cristiana en común e intereses compartidos en la conservación de la naturaleza, sino una organización en la cual el cuidado del trabajo de Dios se hace con la convicción de que Cristo es el Señor.
Esto establece la naturaleza de nuestro trabajo, agradecido y lleno de esperanza, y define nuestros métodos que reflejan la convicción de que estamos llevando a cabo un trabajo al cual hemos sido llamados por Cristo. Por lo tanto, es de esperar que parte del trabajo de empleados y administradores sea el orar unos por otros y el alentarse unos a otros de acuerdo con la Biblia cristiana, y el principal objetivo de todo nuestro trabajo es el de alabar a Dios.
2. Acciones prácticas
Nuestro nicho como una de las muchas organizaciones cristianas medioambientales es que ponemos en práctica la llamada de Dios a cuidar por la creación y lo hacemos en diversos contextos locales en todo el mundo. Nuestros proyectos reflejan una gran diversidad de culturas, comunidades, ecosistemas y estrategias. Nuestro objetivo en todos ellos es que nos caractericen nuestra buena ciencia y buena teología bíblica, la participación saludable en comunidades e iglesias locales, y la disposición para trabajar junto a otras personas que quizás no comparten nuestras creencias. Buscamos comunicar el significado de nuestro trabajo a muchas audiencias, en especial aquellas involucradas en la conservación del planeta y a la comunidad cristiana global, y estas explicaciones surgen del trabajo con la naturaleza y de las convicciones vividas.
3. Apoyo fiable
Nuestras actividades de conservación práctica nos dan credibilidad en el mundo de la conservación, donde estamos a la par de otros, a menudo con objetivos comunes. Si bien A Rocha es claramente cristiana, elegimos no hablar exclusivamente a audiencias cristianas. Trabajamos para mostrar el amor de Dios por TODA la creación, incluyendo a todas las personas. Algunas de nuestras comunicaciones y actividades de educación ambiental están dirigidas a abrir los ojos de la iglesia a lo imperativo que es la administración, cuidar la creación de Dios como Dios lo hace. Sin embargo, la credibilidad profesional de nuestro trabajo como administradores, científicos, gerentes y educadores cristianos en la conservación práctica también nos permite hablar a aquellos que no comparten nuestras convicciones cristianas.
4. Diversidad de culturas
En el contexto de la emergente realidad de globalización y exclusión, A Rocha celebra las relaciones mutuas con una gran cantidad de Organizaciones Nacionales A Rocha. Trabajamos no solo con una variedad de hábitats locales y una diversidad de especies, sino también con una diversidad de culturas. Nuestros administradores y empleados profesionales hablan diversos idiomas y comparten herencias nacionales y étnicas que son importantes en la eficacia de nuestro trabajo. Nuestro énfasis en la comunidad nos lleva a valorar tanto nuestro intercambio de perspectivas en todo el mundo como lo que aprendemos unos de otros.
¿Por qué cristianos en la conservación?
Existen por lo menos cuatro buenos motivos para que los cristianos se involucren en la conservación.
Amor
Los cristianos creen que Dios creó al mundo. Cuando hacemos algo, ya sea algo que cambia la vida como dar a luz, o algo tan rápido como hacer un dibujo, nos importa lo que le sucede a nuestra creación. Esto nos ayuda a entender que a Dios le importa mucho toda su creación. La Biblia lo deja en claro en muchos pasajes, por ejemplo, Salmo 50:10 y 11, donde Dios dice “cada animal del bosque es mío, y el ganado en miles de montañas. Conozco cada ave de las montañas, y las criaturas del campo me pertenecen.” El estudio, el gozo agradecido y el cuidado de lo que Dios ha creado tan maravillosamente es una manera obvia de demostrar nuestro amor a Dios.
Obediencia
Se insta a los cristianos a que obedezcan a Dios en todos los aspectos de sus vidas. En la Biblia vemos que las primeras palabras de Dios a los hombres y mujeres fueron que ellos dominarían «sobre los peces del mar y las aves del cielo, sobre el ganado, sobre toda la tierra y sobre todas las criaturas que se mueven sobre la tierra» de una manera que refleja Su propia imagen. No solo el poder de Dios, sino Su amor libre de egoísmo, Su misericordia y tierna compasión. De manera trágica, nuestro dominio siempre se ha caracterizado por crueldad, avaricia y falta de visión de futuro, pero claramente esta no era la intención de Dios. Si queremos obedecer a Dios, entonces debemos buscar maneras en las cuales podemos ser administradores buenos y responsables del mundo natural.
Justicia
El medio ambiente es una cuestión de justicia. A menudo son los pobres los primeros en sufrir cuando se daña el medio ambiente ya sea por la deforestación, la contaminación, la desertificación, el cambio climático o la extracción no sostenible de materias primas. La Biblia muestra que Dios siente pasión por la justicia, y se insta a la gente de Dios a que desafíe la opresión. De acuerdo a la experiencia de A Rocha y la de muchas agencias de asistencia y desarrollo, el abordaje de la conservación de la biodiversidad y la justicia para los pobres van de la mano. Es falso sugerir que tenemos que elegir. Más bien, al creer en un Dios que denominó a toda la creación “muy buena”, tanto humanos como no humanos, buscamos formas de asegurar que toda la creación pueda prosperar junta.
Esperanza
Las personas a quienes les importa el medio ambiente pueden desalentarse con facilidad. Las noticias son por lo general terriblemente inquietantes: la destrucción de bosques, la desintegración de arrecifes de coral, la extinción de especies, la sobrepesca, el calentamiento global y una multitud de pronósticos sombríos pueden hacer que nos preguntemos si tiene sentido tratar de hacer algo. Por el contrario, la Biblia ofrece muchas fuentes de esperanza. Esto no es simple optimismo: la Biblia es realista y dice que a menudo las cosas empeorarán bastante, pero esa nunca es la última palabra. Los profetas Isaías y Oseas en el Antiguo Testamento pronostican un período de armonía entre seres humanos y el medio ambiente. En el Nuevo Testamento, se describe a Jesús no solo como el Salvador de la humanidad caída, sino como el destinatario de toda la creación, y como la persona a través de la cual un día toda la creación “será liberada de su esclavitud de la corrupción” (Colosenses 1:15–17; Romanos 8:19–23). No sabemos cómo se logrará todo esto, pero se nos brinda motivación y esperanza. El Dios Todopoderoso que creó y sostiene este mundo desea que todas las personas se involucren de manera activa en el plan mayor para redimir a toda la creación.
Esta es solo una breve introducción a las bases bíblicas para el trabajo de A Rocha.